Tímido, perezoso, divertido, gordo, canijo, antipático, miedoso, arisco, torpe,
descuidado, desordenado, un manojo nervios, celoso, solitario, malo para las
matemáticas, un desastre, se me da fatal el deporte, la cocina, el bricolaje, el amor...
Estas pueden ser algunas de las etiquetas “autodestructivas” que llevamos colgadas desde hace años y que además nos sirven para excusarnos para no hacer tal o cual cosa que nos
desagrada.
¿Quién no ha dicho alguna vez una de estas frases?
“Yo soy así”
“Siempre he sido así”
“Es mi carácter”
“No puedo evitarlo”
Muchas de esas etiquetas vienen con nosotros desde niños y las llevamos
desde entonces. Unas las elegimos nosotros en su momento para evitar
situaciones incómodas en el pasado y otras nos las colocaron en su momento
otras personas para definirnos. Y años después seguimos arrastrando con ellas.
¿Acaso tú no eras el tímido y responsable de la familia, y
tu hermano el divertido y loco? ¿Verdad que sigue siendo así por los siglos de
los siglos amén?
BUENAS NOTICIAS… ESTO PUEDE CAMBIAR SI TE LO PROPONES
Deja atrás el pasado que te molesta y elimina tus
autodefiniciones destructivas. En vez de decir “Yo soy así”, empieza a usar el
“Yo era así antes”; en vez del “no puedo evitarlo” cambia a “puedo cambiar si
lo intento seriamente”. Si siempre has sido así, puedes pensar en ser diferente.
Son etiquetas que nos impiden CRECER y DESARROLLARNOS, y ya va siendo hora de
desprendernos de ellas.
Elige unas etiquetas nuevas que te ilusionen y te motiven, que
siempre quisiste para ti y que los demás repartieron para otros. CREE EN TI. Con voluntad, todo es posible.
Empieza un año. Vida nueva. Se aproxima un cambio en ti. Nos vemos en las nubes.
“… Lo mejor para la tristeza -contestó Merlín- es aprender algo
nuevo. Es lo único que no falla”.
Terence White. “The once and the future
King”.
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