En la vida ocurre algo parecido. Para obtener la foto perfecta de ella, necesitamos equivocarnos, aprender de los errores, "reencuadrar", cambiar de perspectiva, tomar distancia y volver a intentarlo. Al igual que un gran fotógrafo, no consigues forjar tu estilo y tu personalidad en dos disparos, necesitas probar en cuál de ellos te encuentras más cómodo; y eso solo se consigue sin miedo a equivocarse. Con la cámara en la mano, siempre es más cómodo disparar cogida horizontalmente, de pie y a la misma altura. Es lo que llamamos "zona de confort". Así todas tus fotos te saldrán siempre iguales. ¿Nunca te has preguntado por qué llaman la atención las fotos hechas por niños pequeños? Porque ellos disparan desde una perspectiva distinta a la tuya. Prueba a agacharte, prueba a poner la cámara en vertical u oblicua. Prueba a subirte a una silla o a usar un trípode. Cambia algo si la foto de tu vida te parece aburrida. O si te encuentras con un problema que aparentemente no tiene solución. Sal de tu "zona de confort" y "reencuadra". Busca otro enfoque, otra perspectiva. El "reencuadre" consiste en ser capaces de percibir cualquier situación o experiencia desde diferentes perspectivas, centrarnos en aquellas que nos resultan más útiles. Así, conseguimos que una situación aparente y habitualmente adversa pueda convertirse en algo positivo.
Ya sabes, coge tu cámara y enfoca. Cambia de ángulo y de perspectiva, y destaca aquello que más te interese. La vida está llena de grandes fotos. Dispara, equivócate mil veces. Vive.
Te espero aquí, en la nubes.
Me ha "gustao" mucho Javier y reitero mi agradecimiento, ya sabes por qué.
ResponderEliminarUn abrazo.
Paco.