viernes, 1 de noviembre de 2013

¿CRISIS DE LOS CUARENTA?


Ese día te levantaste con resaca. Los gin-tonics de la noche anterior eran de garrafón, seguro. Te habías propuesto llegar temprano, pero fuiste incapaz de decirles que no a los inconscientes de tus amigos y apareciste por casa cerca de las cinco de la mañana. Un jueves. A las siete tenías al perro encima, el despertador sonando, los niños sin querer levantarse, una reunión importante en ese trabajo que odias, con esos compañeros que no soportas. Tu mujer hacía semanas que no te hablaba y ahora lo hace para decirte que tenéis que hablar, que no podéis seguir así. Y al día siguiente es tu cumpleaños. Ya tienes los treinta y todos, así que serán cuarenta los que hagas. Ahora lo entiendes todo. Te miras al espejo al afeitarte y descubres tus ojeras, tus arrugas y tus canas.  ¡Uf, la famosa crisis de los cuarenta! Y decides que tienes que cambiar algo o todo en tu vida.



¿Os suena? Puede ser la crisis de los cuarenta, o la de los treinta, o dudas sobre el trabajo, o sobre las relaciones sentimentales, sobre la vida que llevas en general. Y entonces te planteas un cambio. Lo puedes hacer sosegadamente, con tranquilidad; o hacer un cambio brusco y mandarlo todo a paseo.

Lo que tienes que tener claro es qué quieres cambiar, analizar los pros y los contras, y ver hacia dónde quieres dirigir tu rumbo. Pero lo importante es no tardar años en hacerlo. Actúa. Da el primer paso, sube el primer escalón y sal de tu zona de confort. Si siempre haces lo mismo, estarás anclado en un bucle constante. Si te gusta ese circulo, bien. Pero, si ya estás cansado, por qué no cambiar. Haz un repaso a tus valores. Siéntate cómodamente y escribe cómo te sientes habitualmente. Si te aburres, si estás contento con tu trabajo, con tu vida sentimental, si te levantas cansado o pletórico, si tienes aficiones que te llenan y si, en general, estás contento con tu vida. ¿Qué se esconde tras ese deseo de cambio? Averigua de dónde partes y lánzate adonde quieras llegar. Comprueba cuáles son tus estados iniciales en el trabajo, en el amor, en tus relaciones personales, en tu vida personal en general. Haz balance de tu trayectoria vital, y márcate un plan de acción para llegar adonde quieras en cada parcela de la vida.

Ahora averigua cuáles son tus recursos, esos valores que tienes. Parte de tus cualidades, de tus éxitos pasados, de tu experiencia. Ellos te suministrarán el primer peldaño de la escalera del crecimiento. La escalera hacia tus sueños. Apóyate en ellos. No dejes que nadie te diga que no tienes cualidades para tal o cual cosa. Huye de las relaciones tóxicas, de los vampiros energéticos. Escapa de tu propio miedo. A veces nuestra percepción de nosotros mismos no se corresponde con la realidad. Aumenta tu autoestima.

Visualiza tu futuro. ¿Qué quieres contarles a tus nietos de tu vida? Conviértete en un soñador. Sueña a lo grande, por qué no. Soñar es gratis. Escríbelo y ve a por ello. Ponlo cerquita todos los días, en un post-it en la nevera o en una alarma en el móvil. Algo que siempre te recuerde dónde quieres llegar y cuál es tu destino. Ya estás preparado para cambiar tu vida. Enhorabuena.

Te espero en las nubes.



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